Cuando aparece un trastorno mental, como es el caso de un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), la familia al completo se estremece.
La reacción en los padres puede ser variada, desde la negación del problema, verlo como algo transitorio, sin importancia, cosas de la edad o modas, hasta la parálisis y el miedo, o la ira por sentirse engañado o decepcionado.
Una vez conocido el problema, es imprescindible acudir a un profesional especializado, que nos orientará en el acompañamiento. Cuando hablamos de trastornos mentales graves, es básico el trabajo no solo con el paciente, sino también con la familia.Cuando hay una colaboración activa de la familia en el tratamiento, en coordinación con el equipo terapéutico, el pronóstico es mucho más favorable.
Desde el modelo Maudsley, aplicado en el trabajo con familias con TCA, se identifican los estilos de afrontamiento de las familias ante el problema, relacionándolos con animales, haciéndolo más visual:
¿Cómo actuamos como padres/madres?
· Canguro: es sobreprotector, demasiado servicial y complaciente, control excesivo.
· Rinoceronte: Agresivo y autoritario.
¿y cuál sería el estilo más adecuado?
· Delfín: es orientador, acompaña en el proceso, es alentador y sutil.
¿Cómo reaccionamos emocionalmente?
· Avestruz: prefiere la huida y la evitación, niega el problema.
· Medusa:es muy reactiva, demasiado emocional y sensible
¿y cuál sería el mejor acompañamiento emocional?
· San Bernardo: es sereno, cálido y nutritivo.
¿Qué estilo es el tuyo?
En Cardinal Psicología podemos orientarte a acompañar de la forma más adecuada.
